New Babylon II


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Es obvio que una persona que goza de libertad para disponer de su tiempo, a lo largo de su vida, con libertad de ir a donde quiera, cuando quiera, no la puede utilizar a su aire en un mundo regulado por el reloj y por el imperativo de un domicilio fijo. Lo que el Homo ludens exigirá del marco de su vida será, en primer lugar, que responda a su necesidad de juego, de aventura y de movilidad, así como todas las condiciones que faciliten la libre creación de su propia vida. Hasta ese momento, la principal actividad del hombre había sido la explotación del medio natural. El Homo ludens, por su parte, querrá transformar, recrear este lugar, este mundo, según las nuevas necesidades que se presenten. De ese modo la exploración y la creación del entorno coincidirán, porque el Homo ludens, al crear su espacio propio para explorar, se ocupará de explorar su propia creación. Con ello asistiremos a un proceso ininterrumpido de creación y re-creación, basado en una creatividad generalizada que se manifiesta en todos los campos de la actividad.

Partiendo de esta libertad en el tiempo y en el espacio, se debería llegar a una nueva forma de urbanización. La movilidad, la constante fluctuación de la población, consecuencias lógicas de esta nueva libertad, crea una relación diferente entre lo urbano y el hábitat. El ser humano, sin tener que respetar horario y sin domicilio fijo, experimentará necesariamente una vida nómada en un entorno artificial, completamente "construido". A este nuevo entorno le llamamos NEW BABYLON, y precisamos que no tiene nada, o casi nada, de " ciudad ", en el sentido tradicional del término. La ciudad es una forma de urbanización característica de la sociedad utilitarista: en sus orígenes es una plaza fuerte, de protección contra un mundo exterior hostil, y más tarde, como centro comercial, se convierte en una ciudad " abierta "; posteriormente, en la era de la mecanización, es un centro de producción - y en estos diferentes estadios es el lugar donde reside una población estable, arraigada a un modo de vida particular. La regla, por supuesto, tiene sus excepciones: determinados vínculos entre las ciudades permiten a un número restringido de personas cambiar su lugar de residencia, y provoca de ese modo, un proceso de aculturación, y con ello una de las ciudades adquiere, además de su función utilitaria, la función de centro cultural. Pero este fenómeno es relativamente poco frecuente, y el número de personas implicadas no es considerable.

La cultura de New Babylon no es el resultado de actividades aisladas, de situaciones excepcionales, sino de la actividad global de toda la población mundial, porque todo ser humano está implicado en una relación dinámica con su lugar. A priori, no hay nada que ate a las personas. La frecuencia de los desplazamientos de cada persona y las distancias que recorrerá dependen de decisiones que tomará espontáneamente, y a las que podrá renunciar también de manera espontánea. En estas condiciones, la movilidad social de una imagen de conjunto caleidoscópica, revelando cambios repentinos, imprevistos -una imagen que ya no presenta similitud alguna con las estructuras sociales de una vida comunitaria gobernada por el principio de la utilidad, cuyos modelos de comportamiento son siempre los mismos. En nuestro caso, lo urbano debe responder a la movilidad social, y ello implica, en relación a la ciudad estable, una organización más rigurosa a nivel macro, y al mismo tiempo una flexibilidad a nivel micro, que se caracteriza por una complejidad infinita. La libertad de creación exige en cualquier circunstancia que se dependa lo menos posible de contingencias materiales.

Presupone, por tanto, una vasta red de servicios colectivos más solicitados por una población en movimiento que por una población estable de las ciudades funcionales. Por otra parte, la automatización lleva a una concentración masiva de la producción en centros enormes, situados fuera del espacio de la vida cotidiana. Los centros de producción del exterior y los equipamientos colectivos en el interior de este espacio determinan las líneas generales de la macroestructura dentro de la cual, bajo la influencia de movimientos determinados, se definirá una micro-estructura más diferenciada y necesariamente más flexible. De estos dos puntos previos, una organización óptima de las condiciones materiales y un máximo desarrollo del espíritu de iniciativa de cada persona, deducimos lo esencial de una estructura que ya no se compone de núcleos, como el hábitat tradicional, sino que se organiza siguiendo el trazado de los recorridos individuales y colectivos, del vagabundeo: red de unidades unidas a su vez unas con las otras, y formando de ese modo cadenas que pueden desarrollarse y extenderse en todas direcciones. Dentro de estas cadenas se encuentran los servicios, y todo aquello que asegura la organización de la vida social; en las " mallas " de la red, las unidades de producción completamente automatizadas, en las que el hombre está ausente. Los elementos de base de la red, los SECTORES, son unidades de construcción autónoma, que sin embargo se comunican entre ellos. La red del sector es percibida desde el interior, como un espacio continuo. New Babylon no se detiene en ninguna parte (porque la tierra es redonda); no conoce fronteras (porque ya no hay economías nacionales), ni colectividades (porque la humanidad es fluctuante). Cualquier lugar es accesible a cada uno y a todos. Todo el planeta se convierte en la casa de los habitantes de la tierra. Cada cual cambia de lugar cuando lo desea. La vida es un viaje sin fin a través de un mundo que se transforma con tanta rapidez que cada vez parece diferente.

La construcción de New Babylon no podrá iniciarse hasta que la economía se oriente exclusivamente hacia la satisfacción de nuestras necesidades, en el sentido más amplio del término. Sólo una economía de estas características permite la automatización total de las actividades no creadoras, y en consecuencia el libre desarrollo de la creatividad. La realización de New Babylon es un lento proceso de crecimiento de un mundo sectorial que sustituye progresivamente las estructuras urbanas preexistentes. Al principio vemos aparecer, entre las aglomeraciones, algunos sectores aislados que para estás se convierten en polos de atracción, en la medida en que, puesto que la duración del trabajo se reduce, el hábitat sufre una desorganización. En este primer período los sectores son lugares de encuentro, una especie de centros socio-culturales; más tarde, a medida que aumentan en número y que los vínculos que los unen se multiplican, la actividad dentro de los sectores se particulariza y se hace cada vez más autónoma respecto a las zonas de vivienda. Entonces es cuando empieza a definirse un tipo de vida " new-babilónica ", que se desarrolla cuando los sectores reagrupados, constituyen una red: una estructura que puede hacer la competencia a las estructuras del hábitat, cuyo sentido se degrada a medida que el hombre va dejando de participar en el proceso de producción. Dado que el mismo fenómeno se producirá simultáneamente en diferentes lugares, veremos cómo se reagrupan los diversos sectores uniéndose y formando un todo. A partir de este momento la fluctuación será creciente.

En una primera fase, el alejamiento de los sectores y grupos de sectores incrementa la demanda de medios rápidos de locomoción. La travesía de las zonas de vivienda debe ser lo más breve posible. Más adelante, cuando se unifica el mundo sectorial y se intensifica la fluctuación, ya no es necesario desplazarse con rapidez para cambiar de lugar.La flexibilidad del espacio interior de los sectores permite múltiples variaciones de entorno y de ambiente sobre superficies relativamente pequeñas. En cuanto a los medios de transporte, éstos ya no serán tan imprescindibles para los desplazamientos. A su función inicial se añade una nueva función: pasar de ser instrumentos de trabajo a ser instrumentos de juego.

Vista la amplitud del espacio social de la red sectorial, y su continuidad, el espacio de las circulaciones rápidas ya no coincide con el cuadro de la vida " new-babilónica ". Este último es atravesado por un flujo lento y continuo; el desplazamiento no es más que una de las formas de actividad dentro del sector. Pero no cabe duda de que todavía será necesario, de vez en cuando, circular rápidamente por vía terrestre para recorrer distancias más cortas o por vía aérea. Para el transporte aéreo se pueden prever sobre las cubiertas-terraza pistas de despegue para los aviones y helipuertos. En cuanto a la circulación rápida por tierra, es preciso prever una red viaria los más independiente posible de la red de sectores. Unos trazados a diferentes niveles garantizarían la autonomía de las redes y de las vías. La mejor solución para desatascar las vías terrestres consistiría en levantar los sectores sobre unos pilares lo más espacio posibles. Una de las ventajas de esta construcción es que permite habilitar una serie ininterrumpida de cubiertas-terraza. De esta manera se crea un segundo nivel a la intemperie, un segundo paisaje artificial por encima del paisaje natural.

El interior de los sectores depende, debido a sus grandes dimensiones, del sistema de distribución de la energía necesaria para el alumbrado, la ventilación, la climatización, pero esta " dependencia " implica una liberación: la liberación de la alternancia monótona de la noche y el día, algo que la humanidad está deseando desde tiempos inmemoriales. El conjunto de New Babylon se presenta como una red de grandes mallas, la mayoría de las cuales se eleva por encima del suelo. Por lo general, las "mallas" suelen ser zonas sin ninguna construcción, si exceptuamos los centros de producción y de instalaciones, que no tienen cabida dentro del espacio social de los sectores, como por ejemplo las antenas emisoras, quizás también las torres de perforación, los monumentos históricos, los observatorios y otros equipamientos de investigación científica. Una parte de estas zonas libre se destina a las diferentes explotaciones de suelo y a la cría de animales; otra a las reservas naturales, a los bosques, a los parques. La estructura en forma de red facilita su acceso, puesto que las distancias que deben recorrerse son cada vez más cortas.

El levantamiento topográfico de New Babylon plantea una serie de problemas que no pueden ser resueltos a través de los medios habituales de la cartografía. Por una parte, la organización en diferentes niveles (tierra, interior del volumen sectorial, cubiertas terrazas), las conexiones entre los niveles, el tipo de comunicaciones y las soluciones de continuidad creadas entre los distintos niveles, solo pueden ser representados en una maqueta. Por otra parte, las estructuras son cualquier cosa excepto permanentes. Se trata, en efecto, de una microestructura en continua transformación para la que el factor tiempo, la cuarta dimensión, desempeña un papel considerable. Por lo tanto, la representación tridimensional tendría únicamente el valor de una instantánea puesto que, incluso admitiendo que el modelo de cada sector pudiera ser reducido a algunos planos y secciones de los diferentes niveles, constituyendo así una especie de atlas detallado de los sectores, todavía sería necesario registrar en todo momento, mediante una notación simbólica a modo de bitácora, todas las modificaciones topográficas que se producen. Para resolver un problema de tal complejidad será preciso recurrir a un ordenador.




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