New Babylon I

NEW BABYLON
Manifiesto de Constant (1974)


INTRODUCCIÓN



Los gitanos que se instalaban temporalmente en la pequeña ciudad piamontesa de Alba tenían la vieja costumbre de montar su campamento bajo la techumbre que resguarda el mercado de ganado que se organizaba los sábados una vez al mes. Encendían sus hogueras, montaban sus tiendas para protegerse o aislarse, e improvisaban allí mismo refugios con cajas y tablas que los mercaderes habían dejado abandonadas. La necesidad de limpiar la plaza del mercado cada vez que los zíngaros acampaban había llevado a la Municipalidad a prohibirles el acceso. Para compensarles les fue asignada una parcela situada en una de las riberas del Tamaro, un pequeño río que atraviesa la ciudad: ¡un terreno miserable! 

Allí es donde fui a visitarles en diciembre de 1956, acompañado por el pintor Pinot Gallizio, propietario de aquella parcela áspera, cenagosa y desolada que les había cedido. En el espacio que quedaba entre los carros, cercado por tablones y bidones de gasolina, habían formado un recinto, una "villa gitana".Aquel día concebí el plan de montar un campamento permanente para los gitanos de Alba, y este proyecto constituye el origen de la serie de maquetas de New Babylon. Una New Babylon donde se construye bajo un techo con elementos móviles, una casa común; una vivienda provisional, remodelada constantemente; un campo de nómadas a escala planetaria.




DEFINICIONES



LA SOCIEDAD UTILITARISTA

El término designa todas las formas de sociedad conocidas, incluidos los Estados capitalista y socialistas modernos. Pone en evidencia una realidad fundamental, la misma para todas las formas de vida comunitarias de ayer y hoy, la explotación de la fuerza de trabajo del ser humano. La "utilidad" es el criterio principal en la valoración del hombre y de su actividad. El Creador, el Homo ludens, únicamente puede defender sus derechos de manera excepcional. La sociedad opuesta a la utilitarista es la sociedad lúdica, en la que el ser humano, liberado gracias a la automatización del trabajo productivo, se encuentra finalmente en condiciones de desarrollar su creatividad. Los términos "sociedad de clases" o "sociedad sin clases" no expresan este conflicto, o bien lo hacen de forma inapropiada. Pero es evidente que la sociedad lúdica sólo puede ser una sociedad sin clases. La justicia social no es en absoluto garantía de libertad ni de creatividad, es decir, de la realización de la libertad. La libertad no depende solamente de la estructura social, sino también de la productividad, y el crecimiento de la productividad depende de la tecnología. La sociedad "lúdica " es en este sentido un concepto nuevo.


HOMO LUDENS

Johan Huizinga fue quien utilizó por primera vez este término en un libro que llevaba este título (Homo ludens) y que se subtitulaba "ensayo sobre la función social del juego". En el prefacio, Huizinga habla del hombre que todavía juega en términos bastante moderados: "...puesto que, al fin y al cabo, no somos tan racionales como había imaginado un Siglo de Luces que veneraba la Razón, hemos considerado apropiado añadir a la primera definición de nuestra especie, Homo sapiens, la de Homo faber. Con todo, este segundo término es todavía menos adecuado para definir a los hombres que el primero, puesto que faber puede calificar también a muchos animales. Y aquello que podemos afirmar sobre el acto de fabricar, podemos afirmarlo también sobre el juego: un gran número de animales participa del juego. En cambio, el término Homo ludens, el hombre que juega, creo que expresa una función tan esencial como la de fabricar, y por tanto merece un lugar junto al término Homo faber. Esta prudencia en la utilización del término se explica tal vez por la importancia que la sociedad utilitarista otorga al juego. El Homo ludens nunca ha dejado de ser más una modalidad del Homo sapiens raramente manifestada; un estado que, frente al del Homo faber, pero casi siempre inadvertido. Huizinga, para quien el juego es una huida de la vida "real", no se aleja en su interpretación de las normas de la sociedad utilitarista. Y en sus análisis histórico del tema sitúa precisamente al Homo ludens en los estamentos superiores de la sociedad; más exactamente, en la clase acomodada ociosa, y no en la masa de trabajadores. No obstante, al separar la fuerza de trabajo y producción, la automatización había abierto la vía a un crecimiento masivo del número de Homo ludens. A pesar de todo, Huizinga tuvo el mérito de advertir el Homo ludens en potencia que todos llevamos dentro. La liberación del potencial lúdico del hombre está directamente relacionada con su propia liberación como ser social.



EL ESPACIO SOCIAL

Según los sociólogos, este concepto abarca el conjunto de relaciones y vínculos sociales que definen la libertad de movimiento del hombre dentro de la sociedad y también, sobre todo, sus límites. Esta interpretación simbólica del espacio no es la nuestra. Para nosotros, el espacio social es en realidad el espacio concreto de los encuentros y relaciones con otros seres. La espacialidad es social. En New Babylon, el espacio social es espacialidad social. No es posible separar el espacio abstracto (dimensión psíquica) del espacio concreto (espacio de la acción). Su disociación sólo puede justificarse en una sociedad utilitarista en la que las relaciones sociales se han interrumpido, donde el espacio concreto tiene necesariamente un carácter antisocial.

 


EL MODELO SOCIAL

El problema de saber cómo se viviría en una sociedad que no conozca el hambre, la explotación o el trabajo, una sociedad donde todos, sin excepción, pudiéramos dar rienda suelta a nuestra creatividad, esta cuestión perturbadora, capital, despierta entre nosotros la imagen de un entorno radicalmente diferente de todo lo que hemos conocido hasta hoy, de todo lo realizado en el campo de la arquitectura y el del urbanismo. La historia de la humanidad no puede ofrecernos ni un solo ejemplo como precedente, puesto que las masas nunca han sido libres, es decir, libres en su creatividad. En cuanto a la creatividad, ¿qué significa, sino rendimiento de la persona humana? Pero supongamos que cualquier trabajo productivo pueda ser totalmente automatizado, que la productividad aumentara hasta el punto de que el mundo no conociera la miseria; que se socializara la tierra y los medios de producción, y que finalmente se racionalizara la producción global; que, en consecuencia, las minorías dejaran de ejercer su poder sobre la mayoría; supongamos, en otras palabras, que el reino marxista de la libertad fuera realizable. Si así fuera, no podríamos hacernos la misma pregunta sin intentar responderla, e imaginar, aunque fuera de manera esquemática, un modelo social en el que la idea de libertad se convirtiera en practica real de la libertad; de una "libertad" que para nosotros no es la elección entre diversas alternativas sino el desarrollo óptimo de las facultades creadores de todo ser humano; pues no puede existir una auténtica libertad sin creatividad.



Si situamos todas las formas de sociedad conocidas bajo un mismo denominador común, el "utilitarismo", el modelo a concebir será el de una sociedad "lúdica"- y este término designa las actividades que, liberadas de toda función o utilidad, no son más que productos de la imaginación creadora. Por tanto, comprobamos que el ser humano sólo puede realizarse y alcanzar su nivel existencial más alto en tanto que creador y nada más que creador. Al imaginar una sociedad donde cada cual es libre de crear su vida, de modelarla según sus aspiraciones más profundas, dejaremos de recurrir a las formas y las imágenes de este largo periodo de la historia en que el hombre tuvo que sacrificar la mayor parte de su energía creadora en la lucha sin tregua por la subsistencia. Pero nuestro modelo social será fundamentalmente diferente respecto a los modelos precedentes; también será cualitativamente superior. Empecemos por algunas cuestiones previas:

A. La automatización de todas las actividades "útiles" repetitivas libera, a nivel de las masas, una energía que a partir de este momento puede dirigirse a la realización de otras actividades.

B. La propiedad colectiva del suelo y de los medios de producción y racionalización de la producción de bienes de consumo facilitan la transformación de esta energía en actividad creadora.

C. Al desaparecer el trabajo productivo, los horarios colectivos ya no tienen razón de existir; las masas dispondrán, por contra, de un volumen considerable de tiempo libre.

D. La independencia respecto al lugar de trabajo tiene como consecuencia la independencia respecto a la vivienda, al lugar donde se vive; la movilidad en el espacio es entonces mayor.





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